A finales de marzo aparecía en la revista Culturamas la extensa y profunda reseña que J.A. Martín Viñas dedica a la novela Todos los espejos, rotos de Antonio Tejedor.
La novela es estupenda, la devorarán de un tirón, y cuenta, como ya dijimos, con un puñado de mis haikus de Aguanieve, que Antonio ha tenido a bien incluir para salpicar sus descripciones de esta ciudad nuestra en la que se ambienta la novela, tan bien ambientada, valga la redundancia.
Ha sido un honor, y quedan muy bien. Pero porque la novela y su prosa los saben acoger e integrar. Y eso es solo mérito de Antonio, que ha escrito una trama ágil, con esas frases cortas disparadas al más puro estilo de novela negra, con unos personajes con muchas capas y matices, que evolucionan, con una sensibilidad social que aprovecha la historia para denunciar su escenario, con un final que deja tierra quemada y puentes por reconstruir... Lo dicho, una espléndida novela.
Un abrazo, colega!
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