El viernes pasado uno se fabricó otro de esos recuerdos de "vida literaria" que lo acompañarán, en la perfecta velada que pasó en Calatayud dentro del ciclo Copa de Letras. Parece difícil aplicar el calificativo "perfecta" a una sesión que empezó con el plantón inesperado por no avisado de Marcos Callau y Manuel Vilas (no sé si ya han ofrecido explicaciones y disculpas a la organizadora, Blanca Langa, que como siempre estuvo estupenda no dando mayor importancia a un comportamiento injustificado); sin embargo, el resto de la tarde-noche lo fue.
La presentación de los libros de José Antonio Conde (El signo impreciso) y un servidor (Por merecer el día), combinada con la presentación de los vinos Estecillo de la bodega Niño Jesús de Aniñón, la lectura de poemas entre los caldos, el jamón y el queso, y la colaboración improvisada de Mariano Castro recitando sus textos nos tuvo un par de horas encandilados, junto con las más de 40 personas que asistieron al acto.
Y para rematar, uno no siempre tiene la posibilidad de ser invitado a cenar, por Blanca Langa, con poetas de la talla de José Antonio Conde, Mariano Castro y el reciente Premio de las Letras Aragonesas José Verón Gormaz. Y encima ese uno se llevó tres libros de regalo de este par de maestros. Lo dicho, noche redonda!
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