domingo, 11 de marzo de 2012

PETICIONES DE LOS LECTORES (VII)


PERO EL VIAJERO QUE HUYE

si en algún paso cebra
la encuentras, dile que le he escrito un blues
(Joaquín Sabina)


Invoco la plúmbea melena de enero, el apartamento,
los linces durmiendo en el suelo, ahogados
en cerveza, el inventario de barqueros que comenzábamos
cuando me decía
Sabía que lo conseguirías;
ni por un instante dudé que lo fueras a lograr.

Que yo era el galán inverosímil de una pasión esbelta,
el último intérprete de las estirpes sin condena,
y que le quería preguntar por qué.

Que ella, la más astuta,
la más terca de las rubias letraheridas
que hacen pie en las librerías de Corrientes,
lo tenía preparado.

Porque sos invencible.
Nada ni nadie puede ni podrá nunca con vos.
Ni los cañones, ni las palabras, ni la fortuna.
Ningún hombre, ninguna mujer.
Con la cabeza agachada y los dientes apretados,
como Marlowe,
vas acabando con todos, uno por uno.
Y la gente inalcanzable logra aquello que se propone.

En Buenos Aires, a 17 de enero de 2006

(PINTAR DE AZUL LOS DÍAS LABORABLES, págs. 57-58)

Para Miguel.

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