domingo, 13 de noviembre de 2011

EL MAR EN EL BUZÓN (III)


Y sin embargo somos los últimos de un clan. Guardianes de sus ritos.

Utilizo el olor de tu cabello para cebar al tiempo. Huele tu pelo a nombre con enigma. Empapo en su perfume las sombras del domingo y el tiempo lo olisquea, afila sus diamantes y viene envuelto en polvo con afán de embestirnos. Derrama la semana laborable cegado por el vaho de la hierba en mis uñas, briznas recién cortadas que atascan la bañera.

También cito a la piedra, también cito a la niebla, todo lo que no tiene que saber de nosotros. Embadurno mis manos en champú, en pez de tu desnudo. Acuden como ratas al canto de una flauta el cristal, los metales, las tormentas. Todo lo inerte danza en torno a ti. Todos los materiales te traspasan la piel, entran en combustión sin perturbarte.

Estás creando vida. Cuando salgas del agua -cómo me gusta el ruido que haces al levantarte- se desparramará.


(poema, del futuro libro EL MAR EN EL BUZÓN, leído el pasado viernes 11 en el recital de La Azucarera, compartido con Ángel Sobreviela)

6 comentarios:

  1. Da gusto leerte. 'Segi aurrera', como dicen los vascos en euskera. Sigue adelante, que decimos los castellanos.

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  2. De pronto me sentí esa mujer,porque sabes captar la esencia femenina con la fuerza de un hombre que hace de las palabras el cincel .Felicitaciones!

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  3. Gracias, Catalina; qué bonito mensaje.
    Un abrazo!

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  4. Llego casi de casualidad... Ha sido muy hermoso leer algunos de los poemas colgados en tu blog. Solo comento para saludarte y decirte que ojalá todos los lunes comenzaran así.

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  5. Gracias, Ana;

    para quien escribe lo más hermoso es producir esa sensación en quien lo lee. Una buena manera de empezar un lunes también para mí!

    Un saludo

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